12/2/2016
Después de desayunar salimos rumbo a nuestro destino: el lago Gutierrez. Para llegar, tomamos el colectivo 50 atrás del Club Andino Bariloche, y nos salió $8 por boleto, trabajan con SUBE.
El bondi te deja a 2 km de la entrada al Parque Nacional Nahuel Huapi, y de ahi son 700 mts más hasta el camping.
Lo primero que hicimos fue registrarnos en la casa del guarda parque para hacer el sendero de trekking que va hasta el refugio Frey. En guarda parques nos advirtieron que ese mismo día no íbamos a poder subir, ya que estaba pronosticado lluvia toda la tarde, y que posiblemente al otro día esté peor el clima, motivo por el cual deberíamos preguntar antes de subir. El registro es gratuito y OBLIGATORIO para cualquier sendero de trekking que uno quiera emprender.
El camping nos costó $120 por persona, es organizado, tiene una proveeduría bastante equipada donde además hacen comidas, agua caliente de 18 a 00 hs y muy limpios, luz y enchufes por todo el camping las 24 hs, las parcelas estan bien distribuidas, las parrillas te las prestan presentando el DNI y podes agarrar todas las ramas que encuentres caidas (que hay muchas, ya que está lleno de árboles viejos que van cayendo) pero no se puede cortar nada para hacer leña.
El primer día llovió antes de lo esperado. Después de almorzar nos fuimos un rato a la orilla del lago a ukelelear y comer algo dulce para terminar pasando la tarde durmiendo siesta adentro de la carpa, que se la bancó re bien con la lluvia. A la noche decidimos ir a cenar a la proveeduría, donde tienen un salón hermoso con un hogar a leña que me vino muy bien para el frío.
13/2/2016
A la mañana temprano desarmamos todo entusiasmados porque ya no llovía, aunque había bastante viento. Dejamos una de las mochilas con cosas que no íbamos a necesitar en la entrada del camping, donde te cobran $30 por día por mochila, y fuimos hasta guarda parques. Y acá el trago amargo: alerta meteorológico y senderos cerrados por el viento, ya que hay árboles muy viejos y muy altos que se caen constantemente.
A pesar de las caras de culo por haber desarmado todo al pedo, teníamos un plan B, que era ir a comprar al supermercado Todo (sobre la ruta, a unos 300 mts de donde te deja el colectivo) cosas para un asado monumental, asi que emprendimos viaje al súper caminando y volvimos muy felices con mucha carne, vino y dulce de leche (gol!).
Al asado, también le siguió una siesta igual de hermosa, una ducha y esta noche optamos por cocinar algo para acompañar las sobras. Todo esto con 11° durante todo el día.
14/2/2016
¡Llegó el día, clima ideal, senderos abiertos y lo más importante: el ok del guarda parques!
Emprendimos el camino a eso de las 10:35 de la mañana y acá empieza una parte del viaje única.
Es un camino de 10 km en subida, donde vas atravesando distintos paisajes a medida que vas avanzando. ¡Es magnífico! Al principio tenes bosques con árboles muy altos y muy viejos, donde ya no crecen árboles nuevos por el tránsito que tuvo el lugar muchos años atrás, cuando era zona de acampe. Mas adelante tenes una zona que está en proceso de renovación, donde están creciendo nuevos árboles. En esta parte del camino tenes el arrollo de los duendes al lado, donde mas adelante se encuentra la Cascada de Los Duendes, a unos 2 km. Nosotros no fuimos porque nuestra ruta iba para otro lado, pero dicen que es muy linda. Hay bosques con árboles secos, muy altos, ramas colgando de un hilito de madera que te dan la sensación de que con el próximo soplido del viento terminan en tu cabeza (y a nosotros nos acompañó todo el recorrido y soplando muy fuerte). Hay una parte medio desértica con arbustos bajos, arena volcánica, piedras y abejorros. Mas bosques frondosos, inmensos, que conviven tranquilamente con árboles muertos y plantas, más árboles y arbustos naciendo. Es una confluencia entre vida y muerte hermosa, inimaginable.
Nuestra idea era acampar, pero el viento no nos acompañó. El pernocte en el refugio sólo nos salió $180 por persona. Hay opciones de pensión completa por $480 p/p, media pensión, menúes de almuerzo y cena completos a precios razonables. También venden comidas para los que van de paso nada más, galletitas, bebidas. Otra de las cosas que ofrecen es el uso de la cocina por $40 que incluye ollas y vajilla, y si no, podés cocinar afuera con tu propio anafe y comer adentro. El comedor es chiquito pero acogedor, con mesas grandes de madera, juegos de mesa, salamandra, estufas eléctricas también. Cualquier cosa que compres es más cara incluso que en las proveedurías de los campings. Por ejemplo, una pizza nos salió $250, un paquete de galletitas cuesta $40, una botella de vino $140 (el vino nos acompañó mucho durante el viaje). El dormitorio está arriba, con cuchetas infinitas, colchones, frazadas y almohadas, y no te dejan subir ni con mochilas ni con calzado, solo la bolsa de dormir.